"[Olav] pasó despierto la mayor parte de la noche y tuvo una especie de revelación. Desde el amanecer de los tiempos se libraba en el mundo un combate entre Dios y su enemigo, un combate en el cual todo lo que tenía vida, alma o espíritu participaba, en una cohorte o en la otra, consciente o inconscientemente: los ángeles y los genios, los hombres aquí abajo y más allá de la muerte. Y con frecuencia era por el miedo por lo que el diablo atraía a los hombres a su campo. Éstos temían que Dios exigiera demasiado de ellos, que se vieran obligados a pronunciar una verdad que les quemara los labios, o bien a renunciar a satisfacciones que no creían tener la fuerza de abandonar: el provecho, el bienestar, las diversiones o la consideración del prójimo. Entonces aparecía el viejo padre de la mentira y captaba las almas de los hombres con su eterna astucia: pedía menos a los suyos y los recompensaba más generosamente al principio. Olav tenía que decidir en cuál de estos dos ejércitos iba a servir."
Sigrid Undset (1882-1949), Olav Audunssøn (1925-1927)
- Sigrid Undset, Olav Audunssøn, I, Ediciones Encuentro, Madrid 2002, pp. 439-440.
- Pieter Brueghel el Viejo (1526/30-1569), La caída de los ángeles rebeldes (1562), en Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas.