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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Navidad (25 de diciembre):
"Sic nos amantem quis non redamaret?"

Adeste fideles


Adeste fideles [estrofas 1-6-3] (intérprete desconocido)

Adeste fideles læti triumphantes
Venite, venite in Bethlehem
Natum videte, Regem angelorum
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Cantet nunc io Chorus angelorum,
Cantet nunc aula cælestium
Gloria, gloria in excelsis Deo
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Æterni Parentis splendorem æternum,
Velatum sub carne videbimus:
Deum Infantem, pannis involutum
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Ergo qui natus die hodierna
Jesu, tibi sit gloria
Patris æterni Verbum caro factum
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Deum de Deo, Lumen de Lumine,
Gestant puellæ viscera,
Deum verum, Genitum non factum.
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

En grege relicto, humiles ad cunas,
Vocati pastores adproperant:
Et nos ovanti gradu festinemus.
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Stella duce magi, Christum adorantes,
Aurum, tus, et myrrham dant munera.
Iesu infanti Corda præbeamus;
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Pro nobis egenum, et fœno cubantem,
Piis foveamus amplexibus:
Sic nos amantem quis non redamaret?
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.

Acudid fieles alegres, triunfantes,
venid, venid a Belén,
Ved al nacido, Rey de los ángeles.
Venid, adoremos, venid, adoremos
Venid, adoremos al Señor.

Cante ahora el Coro de los ángeles,
cante ahora la corte celestial,
Gloria, gloria en las alturas a Dios,
Venid, adoremos, venid, adoremos
Venid, adoremos al Señor.

Al esplendor eterno del Eterno Padre,
Velado bajo la carne veremos:
al Dios infante, de pañales envuelto
Venid, adoremos, venid, adoremos
Venid, adoremos al Señor.

Helo aquí nacido, en este día
Jesús, a ti sea la gloria
Del Padre Eterno, Verbo hecho carne
Venid, adoremos, venid, adoremos
Venid, adoremos al Señor.

Dios de Dios, luz de luz
Le gestan entrañas de niña,
Dios verdadero, engendrado, no creado.
venid,adoremos, venid, adoremos,
venid, adoremos al Señor.

Dejando el rebaño, humildes hasta la cuna,
Los pastores llamados vienen presurosos
Y nosotros marchamos con paso alegre.
venid,adoremos, venid, adoremos,
venid, adoremos al Señor.

La estrella conduce a los magos, adoran a Cristo
Oro, incienso y mirra, regalos que le dan.
Al niño Jesús el corazón le muestran
venid,adoremos, venid, adoremos,
venid, adoremos al Señor.

Por nosotros pobre y acostado en la paja
Démosle calor con píos abrazos
A quien así nos ama ¿quién no le amará?
Venid, adoremos, venid, adoremos
Venid, adoremos al Señor.



martes, 24 de diciembre de 2013

Himno de Laudes del 24 de diciembre:
"¡Cielos, lloved vuestra justicia!"



¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Ábrete, tierra!
¡Haz germinar al Salvador!


Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Sol naciente,
esplendor de la luz eterna y sol de justicia,
ven a iluminar a los que yacen de sombras de muerte.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
tú que unes a los pueblos,
ven a libertar a los hombres que has creado.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Emmanuel, nuestro rey,
salvador de las naciones, esperanza de los pueblos,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!


  • Rosace nord (s. XIII) de la Cathédrale Notre-Dame de Chartres.
  • "La rosace dépeint la Glorification de la Vierge, entourée des anges, de douze rois de Juda (David, Salomon, Abijam (Abia), Josaphat (Iosapht), Azarias (Ozias), Achaz (Acaz), Manassé (Mahases), Ézéchias, Joachim (Ioatam), Joram (Ioram), Asa et Roboam) et des douze petits prophètes (Osée (Oseas), Amos, Jonas, Nahum (Naum), Sophonie (Sephonias), Zacharie, Malachie (Malacias), Aggée (Ageus), Habacuc (Abbacuc), Michée (Micheas), Abdias et Joël (Iohel)). En-dessous, les armes de France et de Castille (la rosace a été offerte par Blanche de Castille). Les cinq lancettes représentent Sainte Anne, mère de la Vierge, entourée des rois Melchisedech, David, Salomon et d'Aaron, foulant les rois pécheurs et idolâtres : Nabuchodonosor, Saül, Jéroboam et Pharaon" (Wikimedia).
  • This photo was taken by Eusebius (Guillaume Piolle).

domingo, 8 de enero de 2012

Benedicto XVI - El bautismo de Jesús


"El bautismo de Jesús se entiende como compendio de toda la historia, en el que se retoma el pasado y se anticipa el futuro: el ingreso en los pecados de los demás es el descenso al «infierno», no sólo como espectador, como ocurre en Dante, sino con-padeciendo y, con un sufrimiento transformador, convirtiendo los infiernos, abriendo y derribando las puertas del abismo. Es el descenso a la casa del mal, la lucha con el poderoso que tiene prisionero al hombre (y ¡cómo es cierto que todos somos prisioneros de los poderes sin nombre que nos manipulan!). Este poderoso, invencible con las meras fuerzas de la historia universal, es vencido y subyugado por el más poderoso que, siendo de la misma naturaleza de Dios, puede asumir toda la culpa del mundo sufriéndola hasta el fondo, sin dejar nada al descender en la identidad de quienes han caído. Esta lucha es la «vuelta» del ser, que produce una nueva calidad del ser, prepara un nuevo cielo y una nueva tierra. El sacramento —el Bautismo— aparece así como una participación en la lucha transformadora del mundo emprendida por Jesús en el cambio de vida que se ha producido en su descenso y ascenso."

Benedicto XVI  - Joseph Ratzinger



viernes, 6 de enero de 2012

Benedicto XVI - Venimus adorare eum


"Los Magos que vienen de Oriente son sólo los primeros de una larga lista de hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres humanos, y que nos indica el camino. Es la muchedumbre de los santos —conocidos o desconocidos— mediante los cuales el Señor nos ha abierto a lo largo de la historia el Evangelio, hojeando sus páginas; y lo está haciendo todavía. En sus vidas se revela la riqueza del Evangelio como en un gran libro ilustrado. Son la estela luminosa que Dios ha dejado en el transcurso de la historia, y sigue dejando aún. Mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II, beatificó y canonizó a un gran número de personas, tanto de tiempos recientes como lejanos. Con estos ejemplos quiso demostrarnos cómo se consigue ser cristianos; cómo se logra llevar una vida del modo justo, cómo se vive a la manera de Dios. Los beatos y los santos han sido personas que no han buscado obstinadamente su propia felicidad, sino que han querido simplemente entregarse, porque han sido alcanzados por la luz de Cristo."

Benedicto XVI



domingo, 1 de enero de 2012

Οι χαιρετισμοί της Θεοτόκου
(Ὁ Ἀκάθιστος Ὕμνος, ca s. VI), Ψ


Ψάλλοντές σου τὸν τόκον εὐφημοῦμεν σε πάντες
ὡς ἔμψυχον ναόν͵ θεοτόκε·
ἐν τῇ σῇ γὰρ οἰκήσας γαστρὶ ὁ κατέχων πάντα τῇ χειρὶ
κύριος ἡγίασεν͵ ἐδόξασεν͵ ἐδίδαξε βοᾶν σοι πάντας·


Χαῖρε͵ σκηνὴ τοῦ θεοῦ καὶ Λόγου·
χαῖρε͵ ἁγία ἁγίων μείζων·
χαῖρε͵ κιβωτὲ χρυσωθεῖσα τῷ πνεύματι·
χαῖρε͵ θησαυρὲ τῆς ζωῆς ἀδαπάνητε·
χαῖρε͵ τίμιον διάδημα βασιλέων εὐσεβῶν·
χαῖρε͵ καύχημα σεβάσμιον ἱερέων εὐλαβῶν·
χαῖρε͵ τῆς ἐκκλησίας ὁ ἀσάλευτος πύργος·
χαῖρε͵ τῆς βασιλείας τὸ ἀπόρθητον τεῖχος·
χαῖρε͵ δι΄ ἧς ἐγείρονται τρόπαια·
χαῖρε͵ δι΄ ἧς ἐχθροὶ καταπίπτουσι·
χαῖρε͵ φωτὸς τοῦ ἐμοῦ θεραπεία·
χαῖρε ψυχῆς τῆς ἐμῆς προστασία·
Χαῖρε͵ νύμφη ἀνύμφευτε·
Χαῖρε͵ νύμφη ἀνύμφευτε.

Ακάθιστος Ύμνος, Ψ (ca s. VI)
[Traducción]



Salutación a la Madre de Dios
(Himno Akáthistos, ca s. VI) - 23


Con un himno a tu parto la creación te celebra
como Templo viviente, ¡oh, Madre de Dios!
El Señor, el que todo en su mano contiene,
hizo escala en tu seno; te hizo toda santa y gloriosa,
y nos mueve a cantarte:

Salve, oh Tienda del Verbo divino;
Salve, oh Santa mayor que el Santuario;
Salve, oh Arca de Espíritu Santo;
Salve, oh Tesoro inexhausto de Vida;
Salve, Diadema preciosa de los reyes santos;
Salve, Orgullo fundado del fiel sacerdote;
Salve, Bastión invencible de toda la Iglesia;
Salve, Muralla segura que guarda a su Pueblo.
Salve, por Ti conseguimos trofeos;
Salve, por Ti se rindió el enemigo;
Salve, Remedio que sana mi cuerpo;
Salve, Salud de mi alma que espera.
Salve, Virgen y Esposa,
Salve, Virgen y Esposa.

Himno Akáthistos, 23 (ca s. VI)
[Original griego]




ברכת כהנים [Birkat Kohanim] / Bendición sacerdotal


יְבָרֶכְךָ יְהוָה, וְיִשְׁמְרֶךָ
יָאֵר יְהוָה פָּנָיו אֵלֶיךָ, וִיחֻנֶּךָּ
יִשָּׂא יְהוָה פָּנָיו אֵלֶיךָ, וְיָשֵׂם לְךָ שָׁלוֹם


Yivorekhekhaw Adonai v'yishm'rekhaw
Yo'ayr Adonai pawnawv aylekhaw vikhoonekhaw
Yisaw Adonai pawnav aylekhaw v'yasaym l'khaw shalom.




El Señor habló a Moisés: «Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:

El Señor (YHWH) te bendiga y te proteja,
[El Señor] ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz.

Así invocarán mi nombre sobre los hijos  de Israel y yo los bendeciré.»


Números 6, 22-27
[Saber más / Escuchar]




viernes, 30 de diciembre de 2011

Ratzinger - Puer natus est nobis, et filius datus est nobis


"Jesús se hizo niño. ¿Qué es eso de ser niño? Significa, ante todo, que se depende, que se recurre, que se necesita, que se remite uno a otro. Llama la atención el señalado puesto que Jesús asigna a la infancia en la condición humana: «Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de los cielos» (Mt 18, 3). ¿Qué es eso tan propio de la niñez, para que Jesús lo tenga por tan insustituible? Pensemos que el título teológico central de Jesús es el Hijo. La orientación de su vida, el arraigo y meta que le marcaron tiene un nombre: Abba, Padre amado. Jamás se sintió solo: hasta el último grito en la cruz, estuvo todo él tendido hacia el otro al que llamaba Padre. Podemos, pues decir que la niñez ocupa un lugar tan destacado en la predicación de Jesús porque está en la más profunda correspondencia con su más personal misterio, con su filiación. Su dignidad más alta, la que remite a su divinidad, no es en último término un poder del que él disfruta, sino que se funda en su referencia al otro, a Dios, al Padre...

El hombre quiere ser Dios y debe serlo. Pero cuando intenta alcanzarlo, como en la eterna charla con la serpiente del paraíso, emancipándose de Dios y de sus creación, alzándose sobre y ante sí, cuando, en una palabra, se hace completamente adulto, totalmente emancipado y echa a un lado la niñez como forma de existencia, entonces termina en nada, porque se pone en contra de su verdad, que consiste en remitirse a alguien. Sólo cuando se conserva el núcleo más íntimo de la niñez, la existencia filial vivida por Jesús, entra con el Hijo en la divinidad de Dios."

Joseph Ratzinger



domingo, 25 de diciembre de 2011

Ratzinger - El Verbo se hizo carne



"En Navidad no celebramos el día del nacimiento de un gran hombre cualquiera como los hay tantos. Tampoco celebramos simplemente el misterio de la infancia. Si no tuviéramos otra cosa que celebrar más que el idilio del nacimiento y del ser niño, al final no nos quedaría idilio alguno. Al final sólo nos queda el eterno morir y devenir, y se puede preguntar si el nacer no es propiamente algo triste, puesto que, al fin y al cabo, no conduce sino a la muerte. Por eso es tan importante que, aquí, haya sucedido algo más: el Verbo se hizo carne."
Joseph Ratzinger



miércoles, 21 de diciembre de 2011

Eliot - The Cultivation of Christmas Trees (1950)


The Cultivation of Christmas Trees (1950)

There are several attitudes towards Christmas,
Some of which we may disregard:
The social, the torpid, the patently commercial,
The rowdy (the pubs being open till midnight),
And the childish — which is not that of the child>
For whom the candle is a star, and the gilded angel
Spreading its wings at the summit of the tree
Is not only a decoration, but an angel.

The child wonders at the Christmas Tree:
Let him continue in the spirit of wonder
At the Feast as an event not accepted as a pretext;
So that the glittering rapture, the amazement
Of the first-remembered Christmas Tree,
So that the surprises, delight in new possessions
(Each one with its peculiar and exciting smell),
The expectation of the goose or turkey
And the expected awe on its appearance,

So that the reverence and the gaiety
May not be forgotten in later experience,
In the bored habituation, the fatigue, the tedium,
The awareness of death, the consciousness of failure,
Or in the piety of the convert
Which may be tainted with a self-conceit
Displeasing to God and disrespectful to children
(And here I remember also with gratitude
St. Lucy, her carol, and her crown of fire):

So that before the end, the eightieth Christmas
(By “eightieth” meaning whichever is last)
The accumulated memories of annual emotion
May be concentrated into a great joy
Which shall be also a great fear, as on the occasion
When fear came upon every soul:
Because the beginning shall remind us of the end
And the first coming of the second coming.


Thomas Stearns Eliot, Ariel Poems (1927-1954)
[Traducción]



  • T.S. Eliot, "The Cultivation of Christmas Trees", de Ariel Poems, en T.S. Eliot, Collected Poems 1909-1962, Faber & Faber, London 1974 [repr. 1989], pp. 117-118.
  • Jorge Barrios, Árbol de Navidad (2007)

Eliot - El cultivo de los árboles de Navidad (1950)


El cultivo de los árboles de Navidad (1950)

Hay muchas actitudes hacia la Navidad,
algunas de las cuales podemos desechar:
la social, la torpe, la abiertamente comercial,
la juerguista (los bares abiertos hasta medianoche)
y la pueril — que no es la del niño
para quien la vela es una estrella y el ángel dorado
que despliega sus alas en la cima del árbol

es no un simple adorno, sino un ángel.

El niño se embelesa ante el Árbol de Navidad:
dejadle conservar ese espíritu de admiración
ante la Fiesta en cuanto evento no aceptado como pretexto;
de modo que el arrebato centelleante, la maravilla
del primer Árbol de Navidad recordado,
de modo que las sorpresas, el deleite en nuevas posesiones
(cada cual con su peculiar y emocionante olor),
la expectativa del ganso o del pavo
y el esperado sobrecogimiento ante su aparición,

de modo que la reverencia y la alegría
no lleguen a olvidarse en la experiencia posterior,
en el aburrido acostumbramiento, la fatiga, el tedio,
la certeza de la muerte, la conciencia del fracaso,
o en la piedad del converso,
que puede estar teñida de arrogancia
desagradable a Dios e irrespetuosa hacia los niños
(y aquí recuerdo también con gratitud
a santa Lucía, su canción y su corona de fuego):

de modo que antes del fin, la octogésima Navidad
(entendiendo por “octogésima” la última),
los recuerdos acumulados de la emoción anual
puedan concentrase en un gran gozo
que será también un gran temor, como en la ocasión
en que el temor desciende a cada alma:
porque el principio nos rememorará el final
y la primera venida, la segunda venida.

Thomas Stearns Eliot, Poemas de Ariel (1927-1954)





Licencia Creative CommonsLa traducción al castellano de T.S. Eliot: "The Cultivation of Christmas Trees", por José Escudero se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.