sábado, 30 de marzo de 2013

Rollo de "Exultet" Barberini - Descenso a los infiernos



"[El artículo de fe sobre el descenso a los infiernos] afirma que Cristo franqueó la puerta de nuestra más profunda soledad, que en su pasión penetró en el abismo de nuestro abandono. Allí donde ya no podemos oír ninguna voz, allí está él. Por tanto, el infierno ya está superado, mejor, ya no existe la muerte que antes era el infierno. Ni el infierno ni la muerte son ya lo mismo, porque hay vida en medio de la muerte, porque el amor habita en ella. El infierno o la segunda muerte, como dice la Biblia (cf. Ap. 20, 14), es ahora el encerrarse voluntariamente en sí mismo. La muerte ya no conduce a la soledad, las puertas del sheol están abiertas de par en par. Creo que en esta línea es como hay que entender los textos de los Padres, que dicen que los muertos sales de sus sepulcros y que se abren las puertas del infierno, textos que se han interpretado sobre todo mitológicamente. Y también hay que interpretar así el texto mítico del Evangelio de Mateo que nos cuenta que, cuando murió Jesús, se abrieron los sepulcros y resucitaron los cuerpos de muchos santos (Mt 27, 52). La puerta de la muerte está abierta, desde que en la muerte habita la vida, el amor..."

Joseph Ratzinger (*1927)